domingo, 28 de noviembre de 2010

La monotonía de las declinaciones

Las declinaciones siempre han tenido mala prensa: un aprendizaje memorístico que solo servía para evitar que el maestro te castigara, te tirara de las orejas, te dejara en ridículo o, incluso,  te diera dos sopapos.
Para mí siempre tuvieron un eco rítmico, infantil, juguetón. Igual que "un, dos, tres, pollito inglés", o "santa Teresita, hija de un rey moro..." mis compañeros y yo usábamos las declinaciones hasta para mantearnos en los pasillos, lo que trajo aparejada más de una visita al despacho del director del instituto.
Al poeta gaditano Rafael Alberti las declinaciones  latinas le inspiaron este poema:

Noticiario de un colegial melancólico
“NOMINATIVO: la nieve
GENITIVO: de la nieve
DATIVO: a o para la nieve
ACUSATIVO: a la nieve
VOCATIVO ¡oh la nieve!
ABLATIVO con la nieve
de la nieve
en la nieve
por la nieve
sin la nieve
sobre la nieve
tras la nieve
La luna tras la nieve
Y estos pronombres personales extraviados por el río
Y esta conjugación tristísima perdida entre los árboles.

OPINA: ¿Qué impresión crees que le causaron a Alberti nuestras declinaciones? ¿Cuál es la tuya? Ponles adjetivos, no te cortes.

martes, 16 de noviembre de 2010

Atenea

La diosa de la sabiduría y de la guerra nunca fue una niña.

No fue niña y tampoco tuvo una madre al uso. Zeus, su padre, la parió de una forma muy particular:  estaba Zeus aquejado de fuertes dolores de cabeza y le pidió  a su hermano Hefesto que le abriera la cabeza; este lo golpeó  con un hacha y de la herida nació una hermosa mujer,  hecha y derecha, armada con casco y lanza, y con cara de lista,  que se llamó Atenea.

Cómo su padre pudo engendrar a esta criatura es fácil de explicar: se tragó a la madre que la engendró, Metis, una diosa con la que Zeus tuvo una aventura (dicen que su primera aventura extraconyugal). Al parecer la hija que concebiera Metis tendría a su vez un hijo que acabaría destronando a Zeus, de modo que éste, para evitar males posteriores, convirtió a Metis en mosca y se la tragó. Se ve que la mosca se alojó en la cabeza para pasar gestación o, al menos, la hora del parto.

La diosa de la sabiduría y la guerra siempre fue virgen. Probablemente por eso Zeus siguió tan ufano como rey de los cielos: su hija no parió, aunque sí que tuvo un hijo. Se cuenta que un día se acercó a la fragua de Hefesto (Vulcano para los romanos) a reponer armas, y Hefesto, que estaba tratando de superar el abandono de su esposa Afrodita, se enamoró al instante. Tanto que persiguió a Atenea para poseerla, y aún siendo cojo, la alcanzó. Ella, asqueada, se limpió con un paño la inmundicia que Hefesto dejó en su pierna, y arrojó el paño al suelo. De allí nació Erictonio.




Se la identifica con la Minerva romana.

domingo, 14 de noviembre de 2010

¡Sus muertos!

Los romanos les temían a los muertos. Y por ello los enterraban o los incineraban de acuerdo con un ritual que no debía infringirse de ninguna manera.
Un muerto insepulto o mal sepultado podía dar muchos malos ratos a la familia, porque si el finado no quedaba satisfecho podía ocurrírsele salir a atormentar los sueños de los que habían descuidado su funeral. Por eso los familiares no solo encerraban los restos (cadáver completo o cenizas y huesos) en su tumba (una casetita decorada apropiadamente), o en su columbario (una especie de palomar lleno de nichos), o en su urna cineraria, sino que además les daban el trato que mejor los conformara: colocaban las tumbas a la vera de las principales calzadas, a la salida de las ciudades, para que no perdieran puntada de las idas y venidas de sus conciudadanos.
Columbario. Porta Romana

Tumbas. Pompeya










También era conveniente meter en el recinto definitivo las joyas, juguetes, objetos o prendas que más gustaran al muerto. Algunas tumbas estaban horadadas para poder introducir por el agujerito alguna ofrenda alimenticia (un traguito de vino, un tarrito de miel, unas nueces, para aligerar la excursión), o rodeadas por un pequeño jardín para que las flores alegraran la vista del que ya poco podía ver.

Y no es que los romanos creyeran en la vida tras la muerte, que los había. Más bien la temían de forma supersticiosa. La muerte era el punto final, pero por si acaso... evitaban mentarla. Escribían en los epitafios  "vivió tantos años", pero nunca "murió".

lunes, 8 de noviembre de 2010

Carpe diem, por Miguel Hernández

AMOROSA
Muchachita de luengos cabellos de oro
y figura que sólo sueña el pintor,
que deshojas las flores del gran tesoro
de los pocos abriles sin un amor.

Ama, hoy que en tu boca canta la risa
como un pájaro de oro que hizo el nidal
en tu ebúrnea garganta donde la brisa
que la cerca perfuma su áureo cristal.

Hoy que estás en la aurora roja y galana
que la vida nos brinda sólo una vez;
hoy que es fresa tu boca, coral y grana
y alabastro bruñido tu tersa tez.

Que es tu cuerpo un magnífico y airoso
nardo; que es tu pecho turgente, rosa y marfil;
que es tu cuello el de un cisne níveo y gallardo
y tu aliento fragancias tiene de Abril.

¡Ama! Linda muchacha de ojos de maga
y de labios purpúreos llenos de miel.
¡No es eterna tu aurora, su luz se apaga...
y la sigue la noche negra y cruel!

¡Ama linda muchacha! Bajo tu reja
florecida, te aguarda con hondo afán,
-el chambergo tirado sobre la ceja
y una hoguera en el pecho- gentil galán.

Dale, dale que calme tales ardores
lo más puro de tu alma... ¡No tu desdén!
¡Ama, niña! No aguardes a que esas flores
de tu cuerpo y tu reja mustias estén.

¡Ama, vive la vida bella e inquieta!
No te muestres esquiva, que no es virtud...
Es..., lo dijo, filósofo, grande poeta:
«¡Juventud sin amores, no es juventud!»

domingo, 7 de noviembre de 2010

Carpe diem, carpe rosas, carpe carnem...

Jonh William Waterhouse

Carpe rosas.
Carpe diem.
Carpe, Carpe. 

Hoy todo va del verbo latino carpo, que significa "cortar arrancando, desgarrando, separando". De ahí que se utilice para recoger flores, como en la primera frase.  

Carpe diem es una frase latina de todos conocida cuyo sentido es aprovecha el momento, no dejes pasar ni un día sin vivirlo a tope porque la vida es breve y el tiempo vuela (tempus fugit). Esa frase sirve para designar uno de los tópicos literarios más fructíferos de la literatura europea. La expresión "carpe diem" aparece en un verso de Horacio (Carpe diem quam minimum credula postero= aprovecha el día, no confíes nada en el mañana). Uno de los sonetos más famosos de nuestro Siglo de Oro reinterpreta el tópico de esta manera; se trata del Soneto XXII de Garcilaso de la Vega:
             En tanto que de rosa y de azucena
            se muestra la color en vuestro gesto,
            y que vuestro mirar ardiente, honesto,
            con clara luz la tempestad serena;
            y en tanto que el cabello, que en la vena
            del oro se escogió, con vuelo presto
            por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
            el viento mueve, esparce y desordena:
            coged de vuestra alegre primavera
            el dulce fruto antes que el tiempo airado
            cubra de nieve la hermosa cumbre.
            Marchitará la rosa el viento helado,
            todo lo mudará la edad ligera
            por no hacer mudanza en su costumbre. 

Y vayamos a la última frase. Procede de una novela romana (una de las dos que se han conservado), el Satiricón, atribuida a Petronio. Esta novela cuenta las aventuras de tres pillastres que en una ocasión visitan la casa de un auténtico cateto. Se trata de Trimalción, un nuevo rico que tiene un sentido del humor muy particular. Resulta que tiene un esclavo trinchador al que ha bautizado con el nombre de Carpus, de forma que al llamarlo para trinchar (carpo, "desgarrar la comida, despiezarla"), con una sola palabra lo llama y le ordena (Carpe es el vocativo de Carpus y el  imperativo de carpere). Es como llamarle al tipo "Trincha". 

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Momentos de reflexión

Para qué sirve este blog, me pregunto mientras conduzco y vigilo los radares que amenazan entre Málaga y mi pueblo.  Y pienso, con resultados dispersos...

Alumna: Maestra, maestra, ¿para que has hecho eso del blog?
Alumna insidiosa: Se aburrirá... Verás que pronto se cansa.
Alumna obsesiva: ¿Va a entrar en el examen lo que pongas ahí?
Alumna protestona: No, si al final nos va a salir caro y vamos a tener dos clases por el precio de una.
Maestra: A ver, a ver, no me seáis... (ese comentario lo ha dicho antes). El blog tiene dos funciones. A saber (a ella le gusta mucho decir eso, que queda muy cool): la primera es brindar (otra perla, cuando lo de brindar es una cursilada, pero ella es así) un espacio donde comentar y aprender esas cosas que no tienen cabida en las clases; y la segunda es una función higiénica.
Alumna prendada de las palabras (es la alumna filóloga que todos desean en sus clases): ¿Un blog higiénico?, ¿como el papel? Maestra, no estarás sugiriendo que el blog es para...
Alumnas a coro: no te pases, que la maestra apunta esos comentarios, y lo que es peor, olvida quien los ha dicho y se los atribuye a cualquiera.
Maestra: Lo de higiénico, mis queridas helenistas (queridas lo repite bastante, pero las discípulas no caen en la trampa de creérselo), debe sugeriros a Hygeia, la diosa de la salud. Y sí, esto lo hago por vosotras y por mi, que me gusta regalarme estos mimos y sacar un ratito para reflexionar sobre todo lo que no os enseño y lo que yo me pierdo.
Alumna inquieta: ¿Has oído a Daniel Higiénico? Nunca había pensado en Daniel el Saludable, pero ahora lo escucharé con otro talante.
Maestra: Ya me estás sacando de madre la lección, que yo quería hablaros de las acepciones de la palabra "higiénico". 
Alumna conciliadora: bueeeeeeno, cuéntalo y luego oímos a Daniel Higiénico. 
Maestra: Trato hecho, pero que no diga marranadas, que nos pasamos un mal rato todas. 

Pensamientos. solo pensamientos.
Conclusión: eso que se ahorran mis cuerdas vocales y los alumnos se ahorran oírme.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Nulla dies sine linea

Ese era mi primer propósito cuando abrí este blog. Ayer me lo salté, así que entono el mea culpa.

La frase proverbial con la que encabezo esta entrada se atribuye a Plinio El Viejo, un escritor, militar y naturalista romano del siglo I, que la usó para referirse a la constancia en el trabajo del pintor de Alejandro Magno, Apeles de Colofón. Según Plinio, el pintor no dejaba pasar ni un solo día sin pintar al menos una línea.

Plinio era un apasionado de la naturaleza, y fue su curiosidad por ella la que lo mató. Él pasaba unos días en una mansión cerca de Pompeya cuando ocurrió la erupción del volcán Vesubio en el año 79.  Su interés lo llevo a tomar un barco para acercarse lo más posible al lugar. Nunca más se supo de él; probablemente murió asfixiado.

domingo, 24 de octubre de 2010

Herramientas que hablan

De todos es sabido que la sociedad romana era una sociedad esclavista. Pocos testimonios tenemos de cómo veían los esclavos su propia situación, pero sí tenemos, y muchos, de cómo los veían sus dueños. Para hacerse una idea, de muestra, un botón.

Varrón, un terrateniente del siglo I antes de Cristo, que escribió mucho y de todo, decía esto sobre los esclavo en su obra Sobre la agricultura:
   "Hay tres tipos de instrumentos para el trabajo agrícola. El que habla (por ejemplo, los esclavos), 
    el que no puede hablar (por ejemplo, el ganado) y el mudo (por ejemplo, los aperos de labranza)."

No había entonces Declaración de Derechos Humanos ni Amnistía Internacional, pero sí que hubo, con el tiempo,  voces que hablaban de los esclavos de forma más humana. Así decía Séneca: 
    "Servi sunt? immo homines! Servi sunt? immo contubernales! Servi sunt? immo humiles amici!"

[¡A ver quién traduce eso¡ ¡Que sea algo hermoso, literario, digno de vosotras!]

martes, 19 de octubre de 2010

Adivinanza II

(Más sobre la estética, ahora masculina)
 ¿Qué autor romano da estos consejos a los hombres? ¿En qué obra? ¿De qué época es la obra? ¿A qué género literario corresponde esa obra?

No se te ocurra rizarte el pelo con unas tenacillas, ni depilarte las piernas con áspera piedra pómez; Belleza sin aliño cuadra bien a los varones. Véanse libre de sarro tus dientes y que el pie no te nade de un lado a otro en la sandalia desatada, y que un mal corte de pelo no te deforme la caballera, dejándotela erizada: hazte cortar el pelo y afeitar la barba por una mano experta; no te dejes crecer las uñas y llévalas limpias, y que no haya ningún pelo en los orificios de tu nariz, ni sea hediondo el aliento de tu maloliente boca, y que el semental y padre del rebaño no ofenda el olfato. 



lunes, 18 de octubre de 2010

Adivina, adivinanza

Aquí teneis un fragmento de una obra archiconocida, incluso para vosotros.

"Así yo, si he de tener igual suerte, yaceré en la tumba cuando muera; mas ahora ganaré gloria, fama y haré que algunas de las matronas troyanas o dardanias, de profundo seno, den fuertes suspiros y con ambas manos se enjuguen las lágrimas de sus tiernas mejillas. Conozcan que hace días que me abstengo de combatir. Y tú, aunque me ames, no me prohíbas que pelee, pues no lograrás persuadirme."
¿De qué obra se trata? ¿Quién pronuncia estas palabras? ¿A quién van dirigidas?  ¿Por qué jura vengarse?

domingo, 17 de octubre de 2010

Ceras, pinzas y candiles


Venus. Fresco pompeyano
Venus de Médici.

Hace unos años, no tantos, que yo me acuerdo, las mujeres hicieron de la depilación una cruzada contra la que había que luchar. Ir depilada era tanto como proclamar que una era esclava de su cuerpo y sobre todo del gusto de los hombres. Las hippies no se depilaban, las extranjeras europeas, mucho más modernas que las nativas penínsulares,  lucían pelos, rubios sí, pero largos también, en sus piernas y melenas indisimuladas en sus axilas.

No vamos a entrar en la polémica de si es estético e higiénico o no.  Lo que sí es, desde luego, es antiquísimo. Las egipcias se depilaban, las griegas se depilaban, y las romanas (y algunos romanos) se depilaban.
Domiciano
El ideal de belleza femenino griego muestra cuerpos totalmente rasurados. También los hombres muestran torsos y piernas sin rastro de vello.
 Para ello usaban pinzas depilatorias (volsella), ceras hechas a base de miel, resinas,  brea, cenizas..., velas y candiles para quemar los vellos. Se sabe, por ejemplo, que en las termas había cuartitos para depilar, y en los burdeles un esclavo especializado en estos menesteres (era el alipilarius).

Dice Suetonio, en sus Vidas de los Doce Césares, que circulaba el rumor de que el emperador Domiciano depilaba personalmente a sus concubinas (lo que debía ser el colmo de la depravación y el mal gusto, pues era un trabajo de esclavos).

martes, 12 de octubre de 2010

Cleopatra y Popea, esclavas de la belleza

Cleopatra, una reina egipcia muy inclinada a lo romano y a los romanos, y Popea, la esposa del emperador Nerón, fueron famosas ya en sus tiempos por prodigarse cuidados excesivos.

 Cleopatra era una mujer inteligente y carismática. Pero, ¿era bella?  La única imagen que tenemos de ella es su efigie en una moneda y, desde luego, no queda muy favorecida, pero algo debía tener cuando sedujo a grandes hombres como Julio César  o Marco Antonio (me aventuro a decir que bastante guapos ellos también).  Sin duda era muy atractiva; el escritor Plutarco dice que era irresistible en el trato, y que su voz era seductora y armoniosa.  Pero además Cleopatra se peinaba y se maquillaba muy bien: contaba con un verdadero laboratorio cosmético. Son famosas sus mascarillas y sus baños en leche de burra. 


Popea, que era una mujer de indiscutible belleza, se hacía acompañar en sus viajes por un rebaño de quinientas burras para darse baños con su leche, porque al parecer tenía efectos rejuvenecedores.
Su belleza debía seguir intacta cuando murió, joven aún, a consecuencia de una patada que su marido Nerón, hombre de genio pronto y dudosa cordura,  le propinó en el vientre cuando estaba embarazada. Eso provocó un aborto y su muerte posterior.

¿Quién es la más bonita?

CONSEJOS DE BELLEZA

Si quieres ser una romana de esas que hacen girarse a los viandantes, aquí tienes unos consejillos:

Retrato de mujer romana

  • Un baño relajante. Acude a tu perfumero y adquiere alguna de las cremas y cataplasmas que alisan, blanquean o distienden la piel. 
  • Blaquéate la cara con cremas de polvos de talco, plomo banco (que era venenoso) o harina de habas, mezclado con aceite, vinagre o miel. Sobre esta base pinta  tus mejillas y tus labios de color rojo con tierra ocre, minio, nitrato rojo o posos de vino tinto.
  • Las cejas no te las toques. Si no son lo suficientemente espesas, machaca unas hormigas muertas para pintarte el entrecejo y unirlas, o si no,  usa hollín o carbón. 
  • Los ojos te los perfilas con hollín y ponte sombras con ceniza, tierras naturales, azafrán, antimonio o alguna arena de color.
  • Date un toque sofisticado añadiendo un lunar pintado con carbón o simulado con un trozo de tela o cuero.

    domingo, 10 de octubre de 2010

    Atención: hic sunt leones!


     La expresión latina  hic sunt leones (:aquí hay leones aparecía en algunos mapas de época imperial o medieval para hacer referencia a territorios inexplorados y potencialmente peligrosos. Igualmente en los mares aparecía hic sunt dracones (:aquí hay serpientes). A veces en lugar de la expresión aparecen imágenes de estos u otros animales fantásticos y temibles.

    sábado, 9 de octubre de 2010

    ¿Qué se lleva ahora?

    Los romanos no eran ajenos a las modas. Es verdad que no tenían la presión de las marcas, las revistas o la tele. Pero también tenían sus "dandis" y señoras elegantes que marcaban las tendencias.
    En general no estaba bien visto que los hombres se acicalaran demasiado, por si parecían poco varoniles, y las mujeres tampoco debían ser excesivas, no sea que se confundiera su femineidad con una inclinación profesional poco recomendable.
    Pero los romanos, hombres y mujeres, gustaban de cuidar su aspecto, se depilaban, maquillaban y perfumaban.
    Tras la conquista de las Gallias por Julio César, por ejemplo, con la afluencia de esclavos de esas tierras, de piel clara y cabellos rubios, muchas romanas tiñeron sus cabelleras y se conviertieron, seguramente, en las primeras rubias de bote (o rubias de frasco).
    Otro día hablamos de maquillajes y ceras depilatorias, pero hoy vamos a hablar de hombres.  Fíjate en estos hombres. Son retratos de hombres famosos, gobernantes de Roma; entre ellos median siglos, y eso se percibe en su corte de pelo y en el afeitado. ¿Podrías decir cuál es el más antiguo y cuál es el más moderno? Atrévete a ordenarlos. Yo os doy los nombres para que resulta más fácil. 

     
    Octavio Augusto
     
    Antonino Pío
     
    Catón

    Nerón
    Marco Aurelio
    Adriano

        
    Julio César

      

    domingo, 3 de octubre de 2010

    Personae illustres

    Existe una comunidad que se dedica a actualizar el latín, o sea, a incorporar palabras al vocabulario latino para expresar la realidad actual. Fomenta el  "latín vivo". Ese movimiento empezó en el siglo XIX, pero se materializó en 1952, gracias a la obra de un profesor francés.
    Hoy hay emisoras que emiten en latín (en Alemania y Finlandia), o un periódico polaco escrito íntegramente en latín "Ephemeris": http://ephemeris.alcuinus.net/index.php

    A lo que vamos, que no quería soltar una perorata.  Hay palabras curiosas, como las siguientes:
                    receptaculum epistularum = buzón
                    teniludio = tenis
                    argentaria = banco

     Así que se me ha ocurrido que debíamos homenajear a nuestros patrocinadores, y ponerles nombres latinos. Bautízalos si te atreves.

    Et mihi?
    Quid nomen mihi est?

    Quis sum?

    Mihi nomen est...


    miércoles, 29 de septiembre de 2010

    Malos pagadores

    Dice Suetonio en sus Vidas de los doce Césares, que Julio César usaba expresiones coloquiales en sus cartas, y que al referirse a los malos pagadores decía "estos pagarán para las calendas griegas".
    Los romanos se referían a los días de cada mes de una manera muy particular. El primer día de cada mes recibía el nombre de Kalendas, el quinto (o séptimo en algunos meses) eran las Nonas, y el decimotercero (o decimoquinto), las Idus. Los demás días se nombraban haciendo referencia a uno de estos tres (faltan tantos días para las Kalendas, o tantos para las Idus...).
    Los griegos en cambio dividían el mes en tres tercios y no usaban el nombre de Kalendas. Por tanto, decir ad Kalendas Graecas, es tanto como decir, nunca, "cuando las ranas críen pelo".

    lunes, 27 de septiembre de 2010

    ¿Guerra de las Galaxias?



    Tal vez alguno de los antiguos alumnos recuerden este chiste que estuvo colgado en clase durante unos años.

    Y esto me recuerda que el latín a veces da mucha risa: no hay más que corregir algunos exámenes memorables.

    DAME MIL BESOS y luego cien, después...


      ¡Vivamos, Lesbia mía, y amemos, y todos los rumores de los viejos, 
      demasiado severos, valorémoslos en un solo céntimo! 
      Los soles pueden morir y renacer; 
      nosotros, cuando haya muerto de una vez para siempre
      la breve luz de la vida, debemos dormir una sola noche eterna. 
      Dame mil besos, luego cien, después otros mil, 
      y por segunda vez ciento, luego hasta otros mil, 
      y otros cientos después. Y cuando sumemos ya muchos miles,
      los borraremos para olvidarnos de su numero 
      o para que ningún maligno puede echarnos mal de ojo
      cuando sepa que fueron tantos nuestros besos.

    Este es Catulo. Esto es Catulo.  Soberbio. Y lo escribió en el siglo I a. C. Y no oreáis que es un poeta dulzón. Cegado de amor y apasionado, sí, pero también tiene poemas donde su lengua afilada no tiene rival en el macarra más deslenguado.

    miércoles, 22 de septiembre de 2010

    ¿El latín sirve para algo?

     ¡NO SIRVE PARA NADA!

    ¡Que sí, que sirve para hacer tatuajes! Ay... qué descreídos.

    Os pongo aquí el enlace de un profesor que me ha parecido muy interesante.  No dejéis de leerlo.
    http://tradicionclasica.blogspot.com/2006/05/para-qu-sirve-el-latn-o-cmo-decir-en.html

    domingo, 19 de septiembre de 2010

    Hablemos en latín


    Expresiones básicas          verba principalia
    hola, buenos días
    ave, heus
    salve / salvete (pl)
    ¿cómo te llamas?
    quid nomen tibi est?
    adiós
    vale / valete (pl)
    me llamo .....
    mihi nomen est .....
    ita (est), sic (est), certe
    ¿qué haces?
    quid agis?
    no
    non, minime
    ¿qué hay?, ¿qué pasa?
    quid est?
    por favor
    sis (si vis), quaeso
    yo / nosotros,-as
    ego / nos
    gracias
    gratias
    tú / vosotros,-as
    tu / vos
    de nada
    nihili
    él, ella / ellos,-as
    is, ea, id / ii (ei), eae, ea
    ¿cómo estás?
    quomodo vales?, ut vales?
    mío,-a / nuestros,-as
    meus,-a,-um
    noster,-ra,-um
    bien
    bene, recte
    tuyo,-a / vuestros,-as
    tuus,-a,-um
    vestra,-ra,-um
    mal
    male
    suyo, -a
    suus, -a, -um

    Un poco más de historia del latín

    ¿Sabías que Newton o Descartes escribían en latín? ¿Y que hasta hace no mucho las misas se daban en latín en nuestro país? ¿Y que la lengua de oficial de la Iglesia es el latín? ¿Sabías que en muchas lenguas se siguen utilizando expresiones en latín, y son signo de cultura? ¿Sabías que hay cómics y libros actuales traducidos al latín? http://www.asterix.com/enciclopedia/traducciones/asterix-en-latin.html
    ¿O que hay  emisoras que emiten en latín y periódicos http://ephemeris.alcuinus.net/  en latín?

    Aquí tenéis un enlace de una página de un instituto de secundaria, que contiene mucha información y es muy interesante. En ella podrás ver las fases de la historia de la lengua latina.
    http://www.santiagoapostol.net/latin/lengua.html

    jueves, 16 de septiembre de 2010

    Historia del latín

    El latín era la lengua del Latium, región del centro de la península Itálica regada por el río Tíber.
    Roma, según la leyenda, fue fundada por Rómulo y Remo en el lugar donde encalló la balsa en la que fueron abandonados recién nacidos.

    La lengua de los habitantes, los latini,  era la lingua latina. Esa lengua se convirtió en la lengua del Imperium Romanum, lengua que, al transformarse, dio lugar a las llamadas lenguas romances, románicas o neolatinas.

    Hoy día se hablan en el mundo diez lenguas derivadas del latín. Esta es su distribución en Europa en la actualidad, pero ya sabes que tres de ellas se han extendido por todo el mundo: el español, el francés y el portugués.



    Las lenguas no surgen espontáneamente de la nada. Nosotros hablamos una lengua que no es más que un latín evolucionado, transformado por los hablantes de la península Ibérica. También el latín procede de otra lengua anterior, el indoeuropeo. Como el griego, el alemán, el sánscrito o el ruso, la lengua latina procede de una lengua anterior. Es una lengua de la "familia indoeuropea".
    http://club.telepolis.com/jantias/unidades/indoeuropeo_u1.htm
    http://www.proel.org/index.php?pagina=mundo/indoeuro

    En esta página puedes identificar las lenguas indoeuropeas y lugares donde se hablan. Además contiene actividades intersantes.
    http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/cclasica/esc421ca3.php

    miércoles, 15 de septiembre de 2010

    Mapa de Grecia

    Bienvenidos

    Empezamos con Griego. MARATÓN

    Hoy, ayer o tal vez mañana hace 2.500 años de la batalla de Maratón.

    Un día como hoy, en las inmediaciones de Atenas se libró una batalla crucial para la historia de la humanidad. Un grupo reducido de griegos que luchaba su libertad se enfrentó a un ingente ejército de persas y consiguió vencerlos.

    Los griegos, que no formaban ni siquiera un país, que vivían separados, aislados en ciudades estado, y peleados unos con otros, le pararon los pies al Gran Rey, al imperio más grande del momento.

    Si el desenlace de esa batalla hubiera sido otro, hoy viviríamos en un mundo distinto. No hubieran existido Pericles ni Platón ni Fidias y el Parthenon. No habría habido un imperio romano... Seríamos muy diferentes.

    Pero el nombre de Maratón es también el nombre de una carrera. ¿Por qué?

    Es el momento de hablar de Filípides. 

    La historia tradicional relata que Filípides (530 AC–490 AC), un heraldo ateniense, fue enviado a Esparta para pedir ayuda cuando los persas desembarcaron en Maratón (Grecia). El recorrido era de 240 km (150 millas) y lo completó en 2 días. Luego corrió 42 km (26 millas), desde el campo de batalla en la ciudad de Maratón hasta Atenas, para anunciar que los griegos habían vencido a los persas en la Batalla de Maratón (490 A. C.), diciendo al llegar: “Νενικήκαμεν” (Nenikékamen, ‘Hemos vencido’) y al instante murió pero no de cansancio, sino por las heridas de la batalla.