lunes, 23 de mayo de 2011

De paseo con las palabras

Cardo. Puerta de nuestro centro.
Me gusta pasear tanto como darle vueltas a las palabras. Y el otro día, de paseo,  se me quedó flotando en el limbo neuronal que tengo por cabeza la palabra cárdeno. No sé por qué siempre la he relacionado con las ollas... Y alguna relación hay, pero muy lejana.

El caso es que el color cárdeno, ese azul amoratado que dejan los golpes en los bien nombrados cardenales, viene de la palabra cardo (cardus, -us).  Y es que el cardo tiene una flor de color azul o morado o azul-morado.
Flor del cardo
En la puerta del instituto hay, o debo decir había, un precioso cardo estrellado (está en la foto), que ahora es una maraña de pinchos con hermosas flores.
Cardencha

Cuando pase el tiempo quedará convertido en una cardencha como ésta, y tal vez se podría usar para cardar lana...

lunes, 16 de mayo de 2011

De colores. Verde vital

Hoy el cielo estaba de un color cárdeno imposible, falso, como de un cuadro malo, de esos que decoran salones sin gusto de inquilinos poco exigentes. Y sin embargo no era falso, porque yo lo he visto. Para más inri había dos rayones pintados por sendos aviones que atravesaron ese cielo amoratado en dos tiempos distintos. El cielo de los dioses ya es nuestro también.

Hace tiempo que quería hablar aquí de colores...


Nenúfares. Claude Monet
La inspiración, sin embargo, no ha venido del cielo, sino de la  hora y pico que me he pasado con la boca abierta en la consulta del dentista. Hoy me atendió la hija del habitual, que se ha asomado un momento a saludarme y comprobar que mi boca aún seguirá dando bocados durante un tiempo. La doctora vestía un conjunto de cirujano rosa chicle, muy favorecedor; sin embargo ha sido la visión del traje verde de su padre la que me ha tranquilizado. Y es que me gusta el verde, me relaja -menuda novedad, podría asegurar que lo han estudiado concienzudamente en varias universidades punteras de los EE.UU-, me estimula, me da vida, vidilla.
El verde oscuro  parece que da sombra y frescura,  el verde pistacho da alegría, el verde limón da energía, o repelús (otra vez he pasado delante de la guardia civil absorta en el paisaje y ajena al cuentakilométros), el verde césped amortigua los pasos, el verde manzana cruje y estalla en la boca...

¿Y por qué ? Es fácil. Viridis, e, verde en latín procede del verbo vireo, estar floreciente, lleno de vigor, seguramente relacionado con el sustantivo vis, fuerza y vigor.

El ojo verde. Marc Chagall